sábado, 30 de abril de 2011

¿Quién necesita a Juan Pablo II santo?

¿Quién necesita a Juan Pablo II santo?
Un intento más de disciplinamiento

“…la fuerza y la tenacidad con que defendió y proclamó el vínculo indisoluble de la Iglesia con Cristo y la integridad de la doctrina católica” [1]

Aquí esta el problema. Juan Pablo II no distingue entre Iglesia y Cristo. Eso quiere decir “vínculo indisoluble”. Y este “vínculo” lo defendió con “fuerza” y “tenacidad”. Por eso no extraña que, junto a esta identificación, se incluya “la integridad de la doctrina católica”. Nada que discutir, nada que reflexionar, nada que observar, nada que opinar, nada que criticar, nada que refutar, nada que pensar… solo acatar, custodiar y defender la doctrina católica.  Por eso las advertencias, las persecuciones, las prohibiciones, las censuras y las condenas a todos y todas aquellos que se animen tan solo a “pensar distinto” de esta “integridad de la doctrina”. Esta posición supone una manera de entender a la Iglesia, un modelo de Iglesia.

La “canonización” de Juan Pablo II solo apunta a fortalecer ese modelo eclesial, es un intento fuerte para continuar disciplinando y ordenando hacia adentro. Se trata de fortalecer el modelo romano, centralizado, dogmático, cerrado. Y, como por doquier aparecen fisuras en este modelo, porque “el Espíritu sopla donde y como quiere” y no está secuestrado por el vaticano, se necesita un signo fuerte, una figura que de por si legitime esta concepción eclesial.

 Juan Pablo II no es precisamente un “santo” del Vaticano II. Mucho menos un “santo” de los empobrecidos. En Latinoamérica lo sabemos demasiado bien. Juan Pablo II, en sintonía con, en aquel entonces cardenal Joseph Ratzinger, se empeñaron en desmerecer, advertir, corregir, censurar y estigmatizar a  la “teología de la liberación”. Movimiento que, luego del Concilio Vaticano II,   fue el “segundo gran acontecimiento histórico del siglo XX, abrió el diálogo con el mundo de lo social y lo político, en el encuentro con los pobres y en la praxis histórica de transformación social. Esta teología desató también una explosión de vitalidad y de mística, cuya manifestación mayor fue la multitud de comunidades de base esparcidas por la geografía universal y una pléyade de mártires literalmente jesuánicos, según el modelo de Jesús”[2]. Juan Pablo II será un santo del orden y la disciplina restauradora.

Benedicto XVI quiere  darse el gusto presentar a todo el mundo y a todos los pueblos del mundo una manera de vivir, de pensar y de sentir que debe ser imitado.  En definitiva eso es un “santo oficial” y eso pretende ser Juan Pablo II canonizado. Y este “modelo” no está ajeno a los avatares históricos. El “modelo” tiene connotaciones no solo “espirituales”, si no también ideológicas, políticas, sociales. Juan Pablo II “santo” es una manea de bendecir, de consagrar una concepción “imperial”, una concepción clausurada, de la Iglesia y también de la sociedad. Así decía María Vigil: “El máximo error de la Iglesia católica en ese mismo siglo ha sido el miedo a la dinámica de vida y de recuperación histórica que el Vaticano II y la Teología de la liberación despertaron, miedo que cristalizó en la elección de Juan Pablo II y su programa de freno y de retroceso. Como suele decir González Faus, su pontificado ha sido en muchos aspectos el pontificado del miedo, una actitud que aún mantiene cautivo al catolicismo, sin permitirle entrar verdaderamente en el «nuevo milenio»[3].

Aquí, el miedo, es un soporte de la  identidad monolítica romana y de toda ideología conservadora, restauradora, dominante. Ese miedo es aún mayor bajo el pontificado de Benedicto XVI. Y no es el miedo que surge de manera prudente frente a una amenaza. Es el miedo de la soberbia de los que detentan el poder imperial. Este poder religioso es funcional al  poder soberbio de los EEUU,  por eso nadie se sorprendió cuando Jorge Bush y Benedicto XVI, al culminar su visita,  dieran un comunicado en conjunto señalando que: “…hablaron de diversos temas de interés común para la Santa Sede y los Estados Unidos de América, entre ellos cuestiones morales y religiosas en las que ambas partes están comprometidas”[4]. Ambas partes comprometidas. Por eso tampoco nos sorprendimos ante las tibias declaraciones cuando comenzó la invasión a Libia, solo luego de un par de semanas, Benedicto pidió el cese de la agresión militar.

           Sin embargo esta batalla por la hegemonía espiritual está a perdida. Para las sociedades actuales un santo mas un santo menos en el calendario es absolutamente insignificante. Para las grandes mayorías empobrecidas también. Solo resabios de la pompa vaticana. Tendrá sus ecos en las iglesias locales durante un tiempo corto,  fortalecido por una puesta en escena mediática y no mucho más. Esta canonización será un esfuerzo inútil por parte del poder vaticano. Estamos en un tiempo donde ya hemos comenzado a creer de otra manera. A creer desligados de las tutelas institucionales y mucho más desligados cuando esas tutelas se expresan de manera autoritaria, autócrata. Vivimos una nueva espiritualidad. “Tras siglos viviendo la experiencia de un cristianismo como «la única religión verdadera”, hoy en día, la biodiversidad -también la religiosa- es percibida como un valor sagrado que no permite tales exclusivismos. Esta nueva conciencia está afectando ya a nuestra forma de vivir y de comprender nuestra espiritualidad y nuestro cristianismo”[5].  

Cientos de miles de seguidores de Jesús y otros tantos de diversas religiones y credos,  seguirán buscando y viviendo esa nueva espiritualidad. Una espiritualidad que expresa, celebra y se compromete con la libertad, la pluralidad, la diversidad y un hondo y profundo humanismo al servicio de los olvidados de la historia.

Nicolas Alessio teólogo en las vísperas del día del trabajador.


[1] Sesión de Apertura de la Investigación Diocesana sobre la vida, las virtudes y la reputación de santidad del Siervo de Dios Juan Pablo II (Karol Wojtyła) Sumo Pontífice, reflexiones conclusivas del Cardenal Vicario Camillo Ruini Roma, Basílica de San Juan de Letrán, 28 junio 2005

[2] A los 40 años del Vaticano II, Adiós al Vaticano II “No puesta al día, sino mutación” José María Vigil

[3] Idem

[4] Washington (Estados Unidos), 17 Abr. 08 AICA

[5] Cfr. RESUMEN DE LA PONENCIA ‘OTRA ESPIRITUALIDAD ES POSIBLE en Foro Social Mundial Nairobi, 15 Enero 2007

jueves, 28 de abril de 2011

La Derecha religiosa no perdona, conflictos en la Arquidiócesis de Córdoba

No es Ñañez contra Víctor Acha, es el Vaticano contra la Iglesia de los Pobres
La “derecha religiosa” no perdona


La consagración episcopal de Marcelo Cuenca fue todo un aviso. En una Arquidiócesis que tímidamente quería abrir la participación de la comunidades en su diseño pastoral, el sacerdote que abiertamente representa a los sectores reaccionarios, conservadores, fundamentalistas, y que también abiertamente se oponía a estos “tímidos” avances, no solo es nombrado Obispo por Benedicto XVI si no que el embajador vaticano viene a su consagración en la mismísima Catedral de Córdoba, en las narices de Carlos Ñáñez quién trato que tal afrenta pasara desapercibida y olvidada para la opiñón pública. El acontecimiento no fue comunicado a la prensa. El Grupo Enrique Angelelli decía en el texto “Para qué y quién elige un obispo” : “No podemos dejar de señalar con estupor que, otra vez, desde el más alto poder eclesial jerárquico y monárquico, se fortalece una línea conservadora, restauradora, derechosa, afín a corrientes como el Opus Dei. No es la primera vez, no sucede solo en estos pagos” de Marzo del 2010
El grupo de “curas casados”, mejor, “curas autónomos” (porque siguen siendo curas pero no dependiendo de ningún obispo) en el Documento “Haciendo memoria de nuestro andar”, del 12 de Junio del 2010, recordábamos que, entre nuestros posibles objetivos, o perspectivas que nos identifican, decíamos:
“mostrar otro rostro de Iglesia Posible al servicio de Otro Mundo Posible: plural, abierto, solidario, liberador...ayudaría a desmontar algunas "máscaras" de la Iglesia oficial...”
El enfrentamiento cultural de esta Iglesia oficial con gran parte de la sociedad argentina, y dentro de su propio seno, en torno a la ley del “Matrimonio Igualitario”, desnudó, una vez más, su rostro conservador, autoritario, dogmático, patriarcal y excluyente para con todos y todas los que entendemos que “es posible otra Iglesia y otro mundo”. Esta contienda se agudiza en la Diócesis de Córdoba. Los sectores de la derecha eclesial conservadora, no van a perdonar la voz que, desde este lugar, desafió a toda la parafernalia episcopal y sus aliados. Una voz que desde hace años viene siendo un eco de la voz de los profetas y los mártires.
Ese “rostro” despiadado de la institución eclesial se traduce en acciones, gestos y discursos que dañan al conjunto del pueblo de Dios y al conjunto de la sociedad de la que formamos parte.
La Institución Iglesia, no solo es funcional a las ideologías de dominación, si no que forma parte de esas mismas ideologías. En este sentido, debe ser denunciada, desenmascarada y combatida. En muchas ocasiones, algunos de nosotros, hemos expresado “ya no nos interesa más nada la Iglesia”. Y es cierto, ya no nos interesa más nada de todo lo que tenga que ver con aquel “rostro” antievangélico de la Institución, su ritualismo, su dogmatismo , su canonicismo, su burocracia. Pero sí nos interesa esa Institución, en la medida que hace daño a la conciencia ética de la humanidad, queriendo imponer un modelo cultural de dominación, aunque se revista del ropaje lingüístico actualizado. La “restauración conservadora” iniciada en período de Juan Pablo II, ha tomado, con Benedicto XVI, nuevos bríos, más enérgicos, más decididos, mas punzantes.
En este sentido, no hay que temer palabras como “enfrentamiento”, “batalla” o “combate”. Esta Institución debe ser combatida, al mejor estilo jesuánico como cuando enfrentó a los mercaderes del templo.
Algunos intentarán hacerlo desde la trinchera “del adentro”, en Parroquias, Colegios u Organizaciones que pertenecen a la Institución. Otros lo harán desde la trinchera “del afuera” institucional. Ocupar uno u otro lugar es una decisión siempre compleja, difícil y con contradicciones. Hay que respetar la decisión que cada uno desde su propia experiencia de vida tome como aquella que, aquí y ahora, le parezca la mejor. No caben posturas únicas.
En este conflicto inevitable, el uso de los Medios de Comunicación Social, es imprescindible y urgente. La Institución no le teme al poder económico, ni al poder político, le teme al “cuarto poder”. Porque solo este poder comunicacional puede ir directo al lugar más fuerte y, a la vez, al “talón de Aquiles” de la Institución: el ocultamiento. La Institución guarda celosamente sus secretos más íntimos, y esa verdad bien cuidada es fuente de poder. Pero cuando esa muralla es derribada por los MCS y se desnuda esa verdad silenciada, pierde poder y tambalea su seguridad.
En el caso de la Parroquia de Nuestra Señora del Valle, no se quiere intervenir cuanto antes, por tratarse de una comunidad parroquial en particular o por su Párroco, Víctor Acha, como si se tratase de un problema personal. Se quiere arrasar con esa “otra Iglesia posible”, con lo mejor de sus luchas en Latinoamérica y en todos los Continentes. Estos hechos son solo un paso más en tal dirección. No es un hecho aislado, es un programa preconcebido, en continuidad con aquellas dos intervenciones vaticanas, con las que se quiso destruir a los teólogos de la Liberación y a sus teologías. Y en esto hay que reconocer que son coherentes con su modelo imperial. Cuanto más hemos avanzado nosotros en la concreción de “otro modelo”, ellos deben acentuar sus mecanismos de control, castigo y censura. Deben extirpar desde la raíz las fuentes de la heterodoxia, la división y el escándalo.
Aquí no hay diálogo posible, porque no hay puntos en común desde donde dialogar, son visiones antagónicas, aquí solo queda el enfrentamiento. Son dos proyectos irreconciliables. Muchas veces lo hemos expresado diciendo “no creemos en el mismo Dios”. Expresión metafórica que dice “no tenemos nada en común”. Se trata de una contienda cultural, la Institución quiere “conservar” el poder y su modelo hegemónico, nosotros queremos asumir el momento histórico que vivimos “con talante crítico y aperturista” porque entendemos que estamos viviendo “un cambio radical de civilización, frecuentemente ignorado por estas instituciones“ (cfr. Doc. Antes citado)
La estrategia de “las cartas”, la juntada de firmas, adhesiones, reuniones en la curia, es válida, pero insuficiente. Cuanto más insuficiente si estas acciones quedan bien guardadas entre cuatro paredes obispales. Hay que sumar otras acciones de mayor envergadura, contundencia y visibilidad. Y hay que hacerlas lo más públicas posibles. Con llegada a la sociedad en su conjunto. “Gritar desde los tejados, a tiempo y a destiempo”. E incluso, reapropiándonos de los signos que son del pueblo de Dios y no de sus jerarcas. Como la mesa compartida, entre otros. Si nosotros “celebramos” la eucaristía, estamos tomando en nuestras manos lo que es nuestro, desenmascarando a aquellos que se creen dueños “del sagrado”. Ese “sagrado” es popular, es de todos y todas. Como se hizo el Sábado 17 de Julio, en la Parroquia San Cayetano, luego de la prohibición arzobispal, donde participamos concelebrando la “misa de la resistencia” y luego hemos seguido participando de las “misas prohibidas”, en La Cripta, el 4 de Agosto, y de nuevo, el 7 de Agosto, en la plaza de Altamira.
Es el momento de continuar en este andar, de “manifestar con acciones y compromisos públicos, con gestos y escritos, a través de los medios y de otras redes de comunicación virtual, este nuevo paradigma de comunión y de organización” (Idem) que no se reduce ni se limita a “lo religioso”, si no que, por el contrario, presupone y se orienta a un modelo nuevo de humanidad.
Este es el desafío inmenso. Limitarlo a casos personales, o a situaciones de comunidades particulares, por más importantes que sean, es perder la perspectiva del conjunto. Ellos, la Institución, tienen esa perspectiva global. Avanzan por todo. No podemos quedarnos solo en una resistencia intimista. Hay que enfrentarlos donde más les duele, al estilo de aquella luz que ilumina las zonas oscuras de la realidad y la intimidad de los corazones y sus veladas intenciones.


Pbro. Nicolás Alessio
6 Enero, fiesta de la Epifanía del 2011

viernes, 22 de abril de 2011

Más sobre candidatura de Pino...



La decisión de Pino y los acuerdos posibles
Por Néstor Leone

La centroizquierda no kirchnerista intenta una coalición nacional con peso en distritos clave. La candidatura de Pino Solanas en la Ciudad, los aliados y el rechazo a la UCR

De buena performance en la elección legislativa porteña de 2009 y con alto nivel de visibilidad en el debate político actual, Fernando “Pino” Solanas intenta por estos días saldar una disyuntiva que lo tiene a maltraer. Decidir si, como pretendía desde los inicios mismos del año y como es su vocación más genuina, jugará sus posibilidades como candidato a presidente o si, como le aconsejan su intuición política y ciertas encuestas, se inclinará finalmente por la Ciudad, como candidato a jefe de gobierno. Según cuentan a su alrededor, todavía no lo tiene decidido. Pero una buena lectura de sus declaraciones y ciertas señales políticas dadas en las últimas horas parecerían indicar cuánto se ha volcado el fiel de la balanza hacia la segunda de las opciones y cuánto más apoyo tendría entre los suyos esa eventual decisión. Una reunión partidaria, este sábado, es posible que traiga las primeras definiciones. Ésas que sus compañeros de ruta le exigen, sin más dilación. Y ésas que potenciales socios esperan para acomodar sus propias fichas en el tablero. “Es una decisión compleja. Buenos Aires es mi ciudad. Nada me daría más placer que gobernar la Ciudad de Buenos Aires”, fue la frase de Solanas que abrió el juego.
Se sabe, el heterogéneo espectro opositor busca algún tipo de amalgama política para intentar revertir un escenario ciertamente adverso. Esta preocupación, por cierto, incluye al fragmentado espacio que se ubica del centro hacia la izquierda. La diyuntiva de Pino, de alguna manera, se inscribe dentro de esta discusión. Solanas carece de una estructura propia a nivel nacional que le asegure no repetir el resultado marginal de 2007 (obtuvo el 1,60 por ciento) y no tiene aliados de peso que quieran subordinarse a su estrategia. Pero despierta creciente interés como referente en la Ciudad de Buenos Aires. La elección promisoria de junio de 2009, donde superó el 24 por cierto y alcanzó el segundo puesto, a menos de siete puntos de Gabriela Michetti, lo ubica como potencial aspirante y envalentona a varios dirigentes del distrito, preocupados ante la multiplicidad de precandidatos y las pocas chances que tienen muchos de ellos de terciar entre el PRO y el Frente para la Victoria.
Ante la seguidilla de llamados a acuerdos y los rumores de posibles alianzas, Solanas dejó algunas definiciones taxativas y más de una puerta abierta. Por ejemplo, volvió a desairar al radicalismo, excluyéndolo de cualquier posiblidad de coalición explícita en la que Proyecto Sur participase. Pero, al mismo tiempo, abrió un abanico de aliados posibles más inclusivo de lo esperado, entre los que puso al GEN de Margarita Stolbizer y al Partido Socialista, además del Frente Cívico cordobés de Luis Juez, con quien lleva más tiempo trabajando en conjunto. De los radicales dijo que forman parte de un bipartidismo nocivo y que, por lo tanto, no podía acompañar a Ricardo Alfonsín, ya consagrado por su partido. De las otras fuerzas, espera el candidato nacional ante el cual referenciarse. Claro, si decide “bajar” a la Ciudad. Hermes Binner, gobernador de Santa Fe, aparece en boca de los principales referentes solanistas como el nombre excluyente. Pero sabe que para eso tendrá que esperar a otro tipo de definiciones y circunstancias. Por caso, la reñida interna del socialismo santafesino y la suerte del candidato de Binner, Antonio Bonfatti, en la elección a gobernador. O la ascendencia que logre el radicalismo entre esos mismos aliados.

LA DECISIÓN
Lo renoce cada vez que puede. Su intención original y persistente fue siempre ser candidato para competir por la presidencia. La temática que aborda en sus apariciones públicas parecería no dejar lugar para otras alternativas. Su preocupación por la explotación minera a “cielo abierto” y sus referencias constantes a cuestiones ligadas a los recursos naturales marcan esa impronta y, a su vez, lo alejan de las temáticas más “porteñas”. Pero lo cierto es que ha sido aquí, en la Ciudad de Buenos Aires, donde más anclaje ha tenido su figura y ciertas facetas de su discurso. Algunos, en la mesa chica de Proyecto Sur, parecen haber tomado nota de eso y promueven su candidatura local. Hasta hace unos meses, parecían remar contra la corriente. Hoy, son cada vez más escuchados. El legislador Julio Raffo es uno de ellos (ver recuadro).
Es cierto, están quienes todavía se oponen a esa jugada. Tienen su peso y sus argumentos, pero son crecientemente menos. La socióloga Alcira Argumedo, una de las fundadoras de Proyecto Sur y de las escuchadas por Pino, representa a este grupo. “El problema es que si vos llegaras a ganar la Ciudad de Buenos Aires, siempre te van a plantear que antes de hablar de la protección de los glaciares tapes el bache de la calle tal, o limpies el Riachuelo”, dijo Argumedo, hace unos pocos meses, en una entrevista en la publicación partidaria Argentina latente, dejando planteadas algunas dudas respecto de las limitaciones de la fuerza para asumir un compromiso de gestión de alta exigencia y, de algún modo, cierta preferencia por un discurso de fuerte corte ideológico y más bien testimonial. Los comentarios, muchas veces capciosos y otros no tanto, que hablan de cierto “temor” de Pino a ganar y tener que gestionar una ciudad compleja como Buenos Aires, en buena medida, hacen pie en apreciaciones como ésa.
De las cuestiones que quedan por debatir entre las fuerzas que componen el Movimiento Proyecto Sur (Partido Proyecto Sur, Partido Socialista Auténtico, Buenos Aires para Todos, Libres del Sur y MST), qué hacer con el escueto armado nacional ante la inclinación de su líder por una opción local es una de las que más controversias trae. “¿Qué puede ayudar más a los compañeros del interior que, en 2012, llegue a ese lugar el compañero que fue candidato a presidente y salió cuarto o quinto, o que llegue el compañero jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires?”, pregunta a Debate un operador de la opción Capital con respuesta tácita y pone como ejemplo la estrategia del Frente Amplio uruguayo, que primero decidió hacerse fuerte en Montevideo. “Sería desguarecernos, dejarnos en Pampa y la vía”, reconoce un dirigente del interior, interpretando, a su modo, el sentir de muchos, tierra adentro. La ruptura de Libres del Sur, en Neuquén, debido al “panorama de incertidumbre en el plano nacional de Proyecto Sur” y al descontento de la agrupación en otras provincias hablan de eso y de cierto personalismo mal visto en Pino y los suyos.
Otro factor de conflicto ha sido, ciertamente, la disputa de espacio de poder entre las distintas agrupaciones y el duelo de egos que parece existir entre las caras visibles. El duelo público entre Pino y Claudio Lozano, desnudando flaquezas ajenas, fue, en alguna medida, emergente de eso. “La única macana de Lozano es que da poco”, dijo Solanas y abrió el fuego. “Yo podría decir que él se baja porque mide bajo a nivel nacional”, fue la dura respuesta del diputado de Todos por Buenos Aires. “Si Pino me pidiera un consejo, le diría que no abandonara el barco”, agregó luego, antes de bajarle el tono a la disputa y acordar un impasse. “Si hubiese otro candidato presidencial, como puede ser Binner, nos parecería muy razonable que Pino fuese candidato en la Ciudad”, fue la frase conciliadora. En las últimas horas, Buenos Aires para Todos, el espacio que lidera Lozano, aventó todo fantasma de ruptura y señaló que, si Pino decide “bajar” a la Ciudad, el partido lo acompañará.
Entre las lecturas que avalan la opción por la Ciudad, se dice que Solanas bien podría retener el caudal de votos de 2009 y sumar a los descontentos de la gestión PRO y a quienes persistan en su rechazo al Frente para la Victoria, por más que admitan que el fortalecimiento del kirchnerismo en la Ciudad podría ser un serio riesgo. Estos mismos interlocutores, en tanto, rechazan la caracterización que hacen muchos sobre la naturaleza del voto a Proyecto Sur de junio de 2009: que tenía un fuerte componente lábil, que forma parte del voto volátil que en su momento le dio respaldo a Luis Zamora y, en otros, priorizó a Mauricio Macri. Pero sostienen que una buena elección del candidato a vice podría ser clave para construir el camino a la preciada segunda vuelta. La más mencionada es Graciela Ocaña, quien tendría la venia de los potenciales aliados. Pero no es la única.
Cada vez más cerca de la Ciudad, aunque sea muy a su pesar, Solanas tiene la definición en sus manos. Este fin de semana, quizá, empiece a definirlo.   





JULIO RAFFO, LEGISLADOR Y REFERENTE DE PROYECTO SUR
“La pelea estratégica pasa por la Ciudad”

¿Cómo explica el desencuentro entre Claudio Lozano y Pino Solanas? Se tiraron encuestas por la cabeza, algo ciertamente inesperado.
Proyecto Sur está reexaminando y debatiendo cuál es el mejor camino para cumplir nuestro objetivo estratégico: construir una fuerza política nacional que sea una alternativa al bipartidismo que conforman los peronistas y los radicales de hoy, que son una versión degradada de lo que fueron. La discusión está en ver cuál es el camino más sólido para hacer eso. Algunos piensan que el mejor camino es una candidatura presidencial de Pino, porque eso derrama apoyos a las listas provinciales, y otros pensamos que el mejor camino es mostrarle al país que somos capaces de transformar la Ciudad de Buenos Aires, el principal distrito de la Argentina y una de las diez ciudades más importantes del mundo. Esta discusión es transversal dentro de todas las fuerzas que integran Proyecto Sur y todavía no está saldada.
¿Es posible que haya doble candidatura de Pino?
No lo veo posible.
¿Es tema de discusión?
Creo que hay un problema de plazos. Me parece que no se puede estar simultáneamente en dos campañas.
¿Cuál es la intención personal de Pino?
Pino quiere escucharnos a todos y no se ata a nada. Para eso convocamos al socialismo, al GEN y al Frente Cívico de Córdoba. A Luis Juez le encantó la idea y se puso a trabajar en la candidatura de Pino a presidente. Pero el GEN no nos ha dicho ni sí ni no. Y los socialistas, tampoco. Hasta que no resuelvan su interna, no podemos saber qué piensan.
Una coalición política de ese estilo los entusiasma, ¿no?
Claro.
¿Más allá de quién sea el candidato?
Creemos que es necesaria.
El radicalismo quedaría irremediablemente afuera, entonces.
¿Podemos, coherentemente, propiciar una alternativa al bipartidismo aliados con uno de sus rostros? Ese es el límite. La UCR es una estructura que consideramos una caricatura degradada de sus orígenes. No es que no respetemos a sus militantes, sino que está agotada como alternativa real.
Si Hermes Binner decidiese ser candidato a presidente, Pino Solanas, ¿bajaría a la Ciudad?
Es lo que estam os debatiendo ahora y lo veo muy posible. Es nuestra intención ir junto a las fuerzas que han demostrado coraje y decisión política de apartarse del bipartidismo. El Socialismo no es el bipartidismo y Stolbizer tuvo el coraje de decirle basta a la UCR.
¿Cuánto puede incidir que Macri sea candidato o no en la Ciudad?
En nada. Lo nuestro no es un minué. No nos movemos de acuerdo a lo que hace el otro. Que los otros hagan lo que tengan que hacer, que nosotros haremos lo que nos parezca más conveniente.
¿Cuál cree que será finalmente la decisión de Pino?
Mire, digo lo que creo que tiene que pasar. Soy de los que piensan que la pelea estratégica pasa por la Ciudad. Acá va a estar la madre de todas las batallas. De la elección del 10 de julio, el macrismo sale agrandado o derrotado. Ahí hay que derrotar al macrismo.
¿Ve posibilidades ciertas de ganar la Ciudad?
Tengo el convencimiento. Percibo la misma efervescencia que percibíamos en 2009. Y eso que todavía no dijo que podría serlo.
Una fórmula con Graciela Ocaña, ¿puede ser posible?
A mí me encantaría, porque Ocaña es una gran dirigente.

GERARDO MILMAN, DIPUTADO NACIONAL POR EL GEN
“Los frentes tienen que construirse a partir de un programa”

¿Dónde está parado hoy el GEN, luego de la ola de intentos de acuerdos opositores y la fragmentación persistente?
El sistema bipartidista se terminó con la crisis de 2011. A partir de ahí hay una reconfiguración del sistema político argentino que admite la conformación de frentes electorales. El propio kirchnerismo es un frente. De manera que nosotros, desde el GEN, tenemos una fuerte vocación frentista. Pero creemos que los frentes tienen que construirse a partir de un programa. Y es la coincidencia en ese programa lo que puede ofrecerle a la ciudadanía una alternativa política.
Hay un esquema en danza que pone a Hermes Binner como presidenciable, a Margarita en la provincia de Buenos Aires como candidata a gobernadora y a Pino Solanas en la Ciudad. ¿Qué factibilidad le ve?
Es factible. Nosotros proponemos el armado de una mesa de trabajo que incluya esos dirigentes y sus partidos, pero que también incluya a otras, como la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica y expresiones sociales como la Corriente Clasista y Combativa. Hay que sentarse a una misma mesa a discutir el programa sin discutir candidaturas. Ahora, si alguien viene y dice “yo soy el dueño de esta candidatura”, será difícil avanzar. Una vez que haya acuerdo en el programa, entonces será la hora de discutir quién puede representar mejor, en cada uno de los territorios, nuestra propuesta electoral.
Hay tensiones ciertas entre estos espacios. Por ejemplo, Pino Solanas ha sido muy taxativo respecto de la necesaria exclusión del radicalismo. ¿Cómo las resolverán?
Somos muy respetuosos de las distintas fuerzas, pero creo que aquí hay una diferencia de diagnóstico. Proyecto Sur entiende que nació para enfrentar al bipartidismo; nosotros consideramos que el bipartidismo no existe más, que hay una fuerza, que representa el peronismo-kirchnerismo, que hoy es hegemónica.
Hay que sentarse en igualdad de condiciones, sin exclusiones porque sí. Por supuesto, habrá gente que nos genere mayor empatía que otra. Por eso hay que insitir en la fuerza del programa. Es lo que sucede en Chile, Uruguay, Brasil. Poner los nombres delante de los programas es poner el carro delante de los caballos.
Más allá de eso, Ricardo Alfonsín, ¿podría representar electoralmente este espacio?
Alfonsín tiene que estar en este espacio y, si el fruto de esta mesa es que sea el candidato a presidente, no ponemos ninguna objeción.
Mauricio Macri hizo un llamado a un acuerdo entre opositores, ¿no se sienten interpelados?
No, de ninguna manera. Hay mucho de oportunismo político en ese llamado.
¿Descartan un megaacuerdo de ese tipo, entonces?
No nos subimos a cualquier calesita. Pero, insisto: esto no es una cuestión de nombres.
¿Y respecto del Peronismo Federal? 
Desde nuestra perspectiva, no. Sabemos que el Peronismo Federal es una fuerza muy heterogénea y que hay dirigentes con los cuales podemos conversar.
Por ejemplo, Felipe Solá.
Nos parece que el diputado Solá es una persona con la se puede dialogar. Ahora, habrá que ver qué hace el Peronismo Federal y qué hace Solá.

Importante artículo de Claudio Lozano sobre las Empresas y la participación del Estado

ir a:
http://www.argenpress.info/2011/04/ni-el-conservadurismo-de-techint-ni-el.html

domingo, 17 de abril de 2011

Debate abierto ¿Pino, candidato a qué?

 
Debate abierto ¿Pino, candidato a qué?
Ver nota: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-165720-2011-04-07.html
La pregunta es ¿qué fortalece más al proyecto emancipador en sus construcción nacional, Pino candidato a Presidente o Pino candidato a Jefe de la Ciudad autónoma de Buenos Aires?
No hay respuestas dogmáticas. Hay análisis varios.
Pino candidato a presidente no gana, eso está claro, pero arrastraría votos-adhesiones en cada distrito que se suman al proyecto emancipador. Si, pero.
Pero... porque en los distritos electorales ¿se fortalecería realmente el proyecto emancipador o se fortalecerían estructuras partidarias aliadas, como en el caso de Córdoba, el Movimiento Socialista de Trabajadores y Libres del Sur, porque como Proyecto Sur ni siquiera se pudo mantener el trámite en la Justicia electoral de la personería del partido?
¿Qué sucede en  Buenos Aires,  Mendoza, Santa Fe, Corrientes… algo distinto a lo que pasa en Córdoba, que merecería entonces el fuerte empujón de Pino disputando como candidato la presidencia? ¿O acaso sucede algo similar a la situación en Córdoba, donde los que se fortalecerían son “otras” estructuras partidarias? Es cierto que estos “otros” pueden decir “nosotros somos también proyecto emancipador” sin embargo, siguen siendo "otros partidos políticos", con sus propias dinámicas y estructuras de decisión.
La apuesta a Pino como candidato en la Ciudad de Buenos Aires, podría asegurar un triunfo desde donde, en el ejercicio del poder ejecutivo mas el legislativo, se puedan fortalecer, en los diversos distritos provinciales, al proyecto emancipador, al menos no vemos por que no podemos seguir trabajando en la ardua tarea pedagógica de instalar esa otra Argentina posible, las “cinco causas” emancipadoras, aún sabiendo que no nos presentamos en la disputa electoral a la presidencia.
Dice Lozano: “El diputado y candidato a jefe de Gobierno por Proyecto Sur, Claudio Lozano, advirtió que “si en el contexto actual Pino Solanas resignara su candidatura presidencial, sería la mejor contribución a consolidar el bipartidismo en la Argentina”. Lozano explicó que en caso de que el cineasta bajara su postulación “el kirchnerismo y el alfonsinismo aplaudirían y el cuestionamiento a la política tradicional se cerraría”
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-165970-2011-04-10.html
Es tan así? No necesariamente. Que en la elección nacional, no presentemos candidato a presidente, no significa que la construcción emancipadora, superadora del bipartidismo, quede desactivada ni mucho menos. Ganar la Ciudad de Buenos Aires, sería un paso más en esa dirección, lo mismo podría suceder si en  Córdoba ganara Luis Juez, firme adherente a Pino Solanas y lo mismo podría suceder en otros lugares, como ya ocurrió en Andalgalá. El gran movimiento nacional emancipador no tiene por qué dejar de construirse y fortalecerse.
Me parece que para dar una respuesta a la pregunta inicial deberíamos analizar entonces ¿qué y quiénes terminarían fortaleciéndose con la tracción de Pino Presidente? Si son solo aquellas fuerzas partidarias aliadas, entonces nos parece que lo mejor sería concentrarnos en Pino ganando la Ciudad de Buenos Aires y desde allí, barajar y dar de nuevo continuando con el trabajo organizativo en torno al gran movimiento popular emancipador con todas las fuerzas políticas partidarias que asuman esta construcción de largo plazo sin apremios electorales.
Nicolas Alessio