viernes, 22 de abril de 2011

Más sobre candidatura de Pino...



La decisión de Pino y los acuerdos posibles
Por Néstor Leone

La centroizquierda no kirchnerista intenta una coalición nacional con peso en distritos clave. La candidatura de Pino Solanas en la Ciudad, los aliados y el rechazo a la UCR

De buena performance en la elección legislativa porteña de 2009 y con alto nivel de visibilidad en el debate político actual, Fernando “Pino” Solanas intenta por estos días saldar una disyuntiva que lo tiene a maltraer. Decidir si, como pretendía desde los inicios mismos del año y como es su vocación más genuina, jugará sus posibilidades como candidato a presidente o si, como le aconsejan su intuición política y ciertas encuestas, se inclinará finalmente por la Ciudad, como candidato a jefe de gobierno. Según cuentan a su alrededor, todavía no lo tiene decidido. Pero una buena lectura de sus declaraciones y ciertas señales políticas dadas en las últimas horas parecerían indicar cuánto se ha volcado el fiel de la balanza hacia la segunda de las opciones y cuánto más apoyo tendría entre los suyos esa eventual decisión. Una reunión partidaria, este sábado, es posible que traiga las primeras definiciones. Ésas que sus compañeros de ruta le exigen, sin más dilación. Y ésas que potenciales socios esperan para acomodar sus propias fichas en el tablero. “Es una decisión compleja. Buenos Aires es mi ciudad. Nada me daría más placer que gobernar la Ciudad de Buenos Aires”, fue la frase de Solanas que abrió el juego.
Se sabe, el heterogéneo espectro opositor busca algún tipo de amalgama política para intentar revertir un escenario ciertamente adverso. Esta preocupación, por cierto, incluye al fragmentado espacio que se ubica del centro hacia la izquierda. La diyuntiva de Pino, de alguna manera, se inscribe dentro de esta discusión. Solanas carece de una estructura propia a nivel nacional que le asegure no repetir el resultado marginal de 2007 (obtuvo el 1,60 por ciento) y no tiene aliados de peso que quieran subordinarse a su estrategia. Pero despierta creciente interés como referente en la Ciudad de Buenos Aires. La elección promisoria de junio de 2009, donde superó el 24 por cierto y alcanzó el segundo puesto, a menos de siete puntos de Gabriela Michetti, lo ubica como potencial aspirante y envalentona a varios dirigentes del distrito, preocupados ante la multiplicidad de precandidatos y las pocas chances que tienen muchos de ellos de terciar entre el PRO y el Frente para la Victoria.
Ante la seguidilla de llamados a acuerdos y los rumores de posibles alianzas, Solanas dejó algunas definiciones taxativas y más de una puerta abierta. Por ejemplo, volvió a desairar al radicalismo, excluyéndolo de cualquier posiblidad de coalición explícita en la que Proyecto Sur participase. Pero, al mismo tiempo, abrió un abanico de aliados posibles más inclusivo de lo esperado, entre los que puso al GEN de Margarita Stolbizer y al Partido Socialista, además del Frente Cívico cordobés de Luis Juez, con quien lleva más tiempo trabajando en conjunto. De los radicales dijo que forman parte de un bipartidismo nocivo y que, por lo tanto, no podía acompañar a Ricardo Alfonsín, ya consagrado por su partido. De las otras fuerzas, espera el candidato nacional ante el cual referenciarse. Claro, si decide “bajar” a la Ciudad. Hermes Binner, gobernador de Santa Fe, aparece en boca de los principales referentes solanistas como el nombre excluyente. Pero sabe que para eso tendrá que esperar a otro tipo de definiciones y circunstancias. Por caso, la reñida interna del socialismo santafesino y la suerte del candidato de Binner, Antonio Bonfatti, en la elección a gobernador. O la ascendencia que logre el radicalismo entre esos mismos aliados.

LA DECISIÓN
Lo renoce cada vez que puede. Su intención original y persistente fue siempre ser candidato para competir por la presidencia. La temática que aborda en sus apariciones públicas parecería no dejar lugar para otras alternativas. Su preocupación por la explotación minera a “cielo abierto” y sus referencias constantes a cuestiones ligadas a los recursos naturales marcan esa impronta y, a su vez, lo alejan de las temáticas más “porteñas”. Pero lo cierto es que ha sido aquí, en la Ciudad de Buenos Aires, donde más anclaje ha tenido su figura y ciertas facetas de su discurso. Algunos, en la mesa chica de Proyecto Sur, parecen haber tomado nota de eso y promueven su candidatura local. Hasta hace unos meses, parecían remar contra la corriente. Hoy, son cada vez más escuchados. El legislador Julio Raffo es uno de ellos (ver recuadro).
Es cierto, están quienes todavía se oponen a esa jugada. Tienen su peso y sus argumentos, pero son crecientemente menos. La socióloga Alcira Argumedo, una de las fundadoras de Proyecto Sur y de las escuchadas por Pino, representa a este grupo. “El problema es que si vos llegaras a ganar la Ciudad de Buenos Aires, siempre te van a plantear que antes de hablar de la protección de los glaciares tapes el bache de la calle tal, o limpies el Riachuelo”, dijo Argumedo, hace unos pocos meses, en una entrevista en la publicación partidaria Argentina latente, dejando planteadas algunas dudas respecto de las limitaciones de la fuerza para asumir un compromiso de gestión de alta exigencia y, de algún modo, cierta preferencia por un discurso de fuerte corte ideológico y más bien testimonial. Los comentarios, muchas veces capciosos y otros no tanto, que hablan de cierto “temor” de Pino a ganar y tener que gestionar una ciudad compleja como Buenos Aires, en buena medida, hacen pie en apreciaciones como ésa.
De las cuestiones que quedan por debatir entre las fuerzas que componen el Movimiento Proyecto Sur (Partido Proyecto Sur, Partido Socialista Auténtico, Buenos Aires para Todos, Libres del Sur y MST), qué hacer con el escueto armado nacional ante la inclinación de su líder por una opción local es una de las que más controversias trae. “¿Qué puede ayudar más a los compañeros del interior que, en 2012, llegue a ese lugar el compañero que fue candidato a presidente y salió cuarto o quinto, o que llegue el compañero jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires?”, pregunta a Debate un operador de la opción Capital con respuesta tácita y pone como ejemplo la estrategia del Frente Amplio uruguayo, que primero decidió hacerse fuerte en Montevideo. “Sería desguarecernos, dejarnos en Pampa y la vía”, reconoce un dirigente del interior, interpretando, a su modo, el sentir de muchos, tierra adentro. La ruptura de Libres del Sur, en Neuquén, debido al “panorama de incertidumbre en el plano nacional de Proyecto Sur” y al descontento de la agrupación en otras provincias hablan de eso y de cierto personalismo mal visto en Pino y los suyos.
Otro factor de conflicto ha sido, ciertamente, la disputa de espacio de poder entre las distintas agrupaciones y el duelo de egos que parece existir entre las caras visibles. El duelo público entre Pino y Claudio Lozano, desnudando flaquezas ajenas, fue, en alguna medida, emergente de eso. “La única macana de Lozano es que da poco”, dijo Solanas y abrió el fuego. “Yo podría decir que él se baja porque mide bajo a nivel nacional”, fue la dura respuesta del diputado de Todos por Buenos Aires. “Si Pino me pidiera un consejo, le diría que no abandonara el barco”, agregó luego, antes de bajarle el tono a la disputa y acordar un impasse. “Si hubiese otro candidato presidencial, como puede ser Binner, nos parecería muy razonable que Pino fuese candidato en la Ciudad”, fue la frase conciliadora. En las últimas horas, Buenos Aires para Todos, el espacio que lidera Lozano, aventó todo fantasma de ruptura y señaló que, si Pino decide “bajar” a la Ciudad, el partido lo acompañará.
Entre las lecturas que avalan la opción por la Ciudad, se dice que Solanas bien podría retener el caudal de votos de 2009 y sumar a los descontentos de la gestión PRO y a quienes persistan en su rechazo al Frente para la Victoria, por más que admitan que el fortalecimiento del kirchnerismo en la Ciudad podría ser un serio riesgo. Estos mismos interlocutores, en tanto, rechazan la caracterización que hacen muchos sobre la naturaleza del voto a Proyecto Sur de junio de 2009: que tenía un fuerte componente lábil, que forma parte del voto volátil que en su momento le dio respaldo a Luis Zamora y, en otros, priorizó a Mauricio Macri. Pero sostienen que una buena elección del candidato a vice podría ser clave para construir el camino a la preciada segunda vuelta. La más mencionada es Graciela Ocaña, quien tendría la venia de los potenciales aliados. Pero no es la única.
Cada vez más cerca de la Ciudad, aunque sea muy a su pesar, Solanas tiene la definición en sus manos. Este fin de semana, quizá, empiece a definirlo.   





JULIO RAFFO, LEGISLADOR Y REFERENTE DE PROYECTO SUR
“La pelea estratégica pasa por la Ciudad”

¿Cómo explica el desencuentro entre Claudio Lozano y Pino Solanas? Se tiraron encuestas por la cabeza, algo ciertamente inesperado.
Proyecto Sur está reexaminando y debatiendo cuál es el mejor camino para cumplir nuestro objetivo estratégico: construir una fuerza política nacional que sea una alternativa al bipartidismo que conforman los peronistas y los radicales de hoy, que son una versión degradada de lo que fueron. La discusión está en ver cuál es el camino más sólido para hacer eso. Algunos piensan que el mejor camino es una candidatura presidencial de Pino, porque eso derrama apoyos a las listas provinciales, y otros pensamos que el mejor camino es mostrarle al país que somos capaces de transformar la Ciudad de Buenos Aires, el principal distrito de la Argentina y una de las diez ciudades más importantes del mundo. Esta discusión es transversal dentro de todas las fuerzas que integran Proyecto Sur y todavía no está saldada.
¿Es posible que haya doble candidatura de Pino?
No lo veo posible.
¿Es tema de discusión?
Creo que hay un problema de plazos. Me parece que no se puede estar simultáneamente en dos campañas.
¿Cuál es la intención personal de Pino?
Pino quiere escucharnos a todos y no se ata a nada. Para eso convocamos al socialismo, al GEN y al Frente Cívico de Córdoba. A Luis Juez le encantó la idea y se puso a trabajar en la candidatura de Pino a presidente. Pero el GEN no nos ha dicho ni sí ni no. Y los socialistas, tampoco. Hasta que no resuelvan su interna, no podemos saber qué piensan.
Una coalición política de ese estilo los entusiasma, ¿no?
Claro.
¿Más allá de quién sea el candidato?
Creemos que es necesaria.
El radicalismo quedaría irremediablemente afuera, entonces.
¿Podemos, coherentemente, propiciar una alternativa al bipartidismo aliados con uno de sus rostros? Ese es el límite. La UCR es una estructura que consideramos una caricatura degradada de sus orígenes. No es que no respetemos a sus militantes, sino que está agotada como alternativa real.
Si Hermes Binner decidiese ser candidato a presidente, Pino Solanas, ¿bajaría a la Ciudad?
Es lo que estam os debatiendo ahora y lo veo muy posible. Es nuestra intención ir junto a las fuerzas que han demostrado coraje y decisión política de apartarse del bipartidismo. El Socialismo no es el bipartidismo y Stolbizer tuvo el coraje de decirle basta a la UCR.
¿Cuánto puede incidir que Macri sea candidato o no en la Ciudad?
En nada. Lo nuestro no es un minué. No nos movemos de acuerdo a lo que hace el otro. Que los otros hagan lo que tengan que hacer, que nosotros haremos lo que nos parezca más conveniente.
¿Cuál cree que será finalmente la decisión de Pino?
Mire, digo lo que creo que tiene que pasar. Soy de los que piensan que la pelea estratégica pasa por la Ciudad. Acá va a estar la madre de todas las batallas. De la elección del 10 de julio, el macrismo sale agrandado o derrotado. Ahí hay que derrotar al macrismo.
¿Ve posibilidades ciertas de ganar la Ciudad?
Tengo el convencimiento. Percibo la misma efervescencia que percibíamos en 2009. Y eso que todavía no dijo que podría serlo.
Una fórmula con Graciela Ocaña, ¿puede ser posible?
A mí me encantaría, porque Ocaña es una gran dirigente.

GERARDO MILMAN, DIPUTADO NACIONAL POR EL GEN
“Los frentes tienen que construirse a partir de un programa”

¿Dónde está parado hoy el GEN, luego de la ola de intentos de acuerdos opositores y la fragmentación persistente?
El sistema bipartidista se terminó con la crisis de 2011. A partir de ahí hay una reconfiguración del sistema político argentino que admite la conformación de frentes electorales. El propio kirchnerismo es un frente. De manera que nosotros, desde el GEN, tenemos una fuerte vocación frentista. Pero creemos que los frentes tienen que construirse a partir de un programa. Y es la coincidencia en ese programa lo que puede ofrecerle a la ciudadanía una alternativa política.
Hay un esquema en danza que pone a Hermes Binner como presidenciable, a Margarita en la provincia de Buenos Aires como candidata a gobernadora y a Pino Solanas en la Ciudad. ¿Qué factibilidad le ve?
Es factible. Nosotros proponemos el armado de una mesa de trabajo que incluya esos dirigentes y sus partidos, pero que también incluya a otras, como la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica y expresiones sociales como la Corriente Clasista y Combativa. Hay que sentarse a una misma mesa a discutir el programa sin discutir candidaturas. Ahora, si alguien viene y dice “yo soy el dueño de esta candidatura”, será difícil avanzar. Una vez que haya acuerdo en el programa, entonces será la hora de discutir quién puede representar mejor, en cada uno de los territorios, nuestra propuesta electoral.
Hay tensiones ciertas entre estos espacios. Por ejemplo, Pino Solanas ha sido muy taxativo respecto de la necesaria exclusión del radicalismo. ¿Cómo las resolverán?
Somos muy respetuosos de las distintas fuerzas, pero creo que aquí hay una diferencia de diagnóstico. Proyecto Sur entiende que nació para enfrentar al bipartidismo; nosotros consideramos que el bipartidismo no existe más, que hay una fuerza, que representa el peronismo-kirchnerismo, que hoy es hegemónica.
Hay que sentarse en igualdad de condiciones, sin exclusiones porque sí. Por supuesto, habrá gente que nos genere mayor empatía que otra. Por eso hay que insitir en la fuerza del programa. Es lo que sucede en Chile, Uruguay, Brasil. Poner los nombres delante de los programas es poner el carro delante de los caballos.
Más allá de eso, Ricardo Alfonsín, ¿podría representar electoralmente este espacio?
Alfonsín tiene que estar en este espacio y, si el fruto de esta mesa es que sea el candidato a presidente, no ponemos ninguna objeción.
Mauricio Macri hizo un llamado a un acuerdo entre opositores, ¿no se sienten interpelados?
No, de ninguna manera. Hay mucho de oportunismo político en ese llamado.
¿Descartan un megaacuerdo de ese tipo, entonces?
No nos subimos a cualquier calesita. Pero, insisto: esto no es una cuestión de nombres.
¿Y respecto del Peronismo Federal? 
Desde nuestra perspectiva, no. Sabemos que el Peronismo Federal es una fuerza muy heterogénea y que hay dirigentes con los cuales podemos conversar.
Por ejemplo, Felipe Solá.
Nos parece que el diputado Solá es una persona con la se puede dialogar. Ahora, habrá que ver qué hace el Peronismo Federal y qué hace Solá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario