miércoles, 3 de agosto de 2011

Obras y azares... reflexión sobre elecciones en Cordoba Grupo Castelli Movimiento Proyecto Sur


¿CORDOBA AP...U .. ESTA?Núcleo Castelli (Movimiento Proyecto Sur)

De cara a un nuevo proceso electoral en Córdoba, el pueblo asiste al desfile incesante de inauguraciones,estrenos, cortes de cintas, colocación de piedras fundamentales, maquillaje de los espacios públicos abandonados
hasta ayer y lanzamientos de fabulosos proyectos a futuro.
La desaparición en un abrir y cerrar de ojos de la antigua Casa de las Tejas, que podría haber albergado a
incontables oficinas públicas por las que hoy el Estado Provincial paga inconcebibles y millonarios alquileres o
que demandan a gritos espacios adecuados; la faraónica, rapidísima y costosísima mega-obra de la nueva sede del
Gobierno provincial que seguramente será un ícono arquitectónico de Córdoba pero que guardará en sus anales
el haber sido construida mientras cientos de escuelas y hospitales carecen de infraestructura suficiente y
adecuada; la ampliación del Estadio Kempes, el “Faro del Bicentenario”, la restauración del cauce cementicio del
Río Suquía….
El Gobierno provincial arremete con un despliegue gigantesco de inversiones de utilidad probable pero de
prioridad indefendible. Cuando existen graves problemas no resueltos por años de desinversión en áreas
fundamentales como educación, salud, viviendas y se desatiende la recurrente crisis energética, la carencia de
agua potable para dos terceras partes de la población, la explotación agraria contaminante junto a la
desertificación de nuestra provincia, el gobierno recurre a un gigantesco despliegue publicitario de puesta en
marcha de obras que debieron postergarse en beneficio de cubrir las necesidades acuciantes de la población.
Mientras en la Escuela Ricardo Rojas los alumnos siguen recibiendo clases en contenedores y en el Alejandro
Carbó se cae el techo, se brinda con champán por la construcción de dos puentes sobre la calle Rosario de Santa
Fe puestos para potenciar la inversión inmobiliaria de quienes proyectan construir el mayor complejo edilicio de
Córdoba junto al Río Suquía en Barrio Juniors. Un mínimo sentido de decencia, ausente por años, imponía por
lo menos que a esos puentes, los paguen los inversores y no el pueblo de Córdoba en su conjunto.
¿Por qué nuestros gobernantes prefieren esta exhibición obscena de manejo de los dineros públicos, que nada
tiene que ver con sus ancestros políticos? Ni el radical Sabattini ni el peronista Brigadier San Martín tuvieron
que apelar a tamaño despropósito para quedar en la memoria respetuosa del pueblo. Uno hizo diques, caminos y
escuelas en todo el territorio, el otro puso a la provincia en la punta del crecimiento industrial del interior del
país. No necesitaron
depredadores (“emprendedores” según sus favorecedores) de turno el diseño de la obra pública.
No apostaron al maquillaje sino a transformaciones de fondo. Y si de apuestas se trata, tampoco las promovieron
entre los cordobeses, que hoy –impulsados por el propio Estado- dejan fortunas diarias en el juego.
Lotería de Córdoba recaudó por los juegos de azar, en los cuatro primeros meses de 2011, un 21% más que en
igual período de 2010, con un promedio de 46 millones por mes. Solamente en Río Cuarto, en abril de 2011 las
máquinas tragamonedas recaudaron 5 millones de pesos, gastados principalmente por trabajadores y ciudadanos
jóvenes de clase media. En sólo un mes los riocuartenses gastaron en tragamonedas el equivalente a unas treinta
viviendas sociales. El juego es política de Estado en Córdoba, pero no para impedirlo sino para promoverlo. Un
Estado que promueve la ilusión de salvarse pegándole al número que se corresponde al sueño de la noche
anterior y no al camino más largo de salvarnos todos con la construcción de un nuevo modelo social y cultural.
La timba es cultura oficial. De hecho, la propaganda del juego ilustra la contratapa de la publicación mensual
oficial de la Secretaría de Cultura de la Provincia con un eslogan perverso: “
es ficción, es la moral púbica de Córdoba 2011.
Una chance de cambio?
propagandizarse ni difundir por altoparlantes sus logros, ni dejaron en mano de losCuando jugás, ganamos todos”. No
Después de casi treinta años de alternancia en el poder, las fórmulas conservadoras del radicalismo y el
peronismo se parecen hoy como dos gotas de agua. De hecho, a este presente hoy maquillado por el diferimiento
de la deuda pública con la Nación (que tiene una corta mecha explosiva para las próximas gestiones), lo
construyeron esforzada y trabajosamente entre ambas fuerzas. Ambos partidos han elegido hacer un buen
negocio de los malos gobiernos.
Dice la publicidad radial oficial, probablemente escuchada mientras transitamos la ciudad capital de la provincia
en medio de cloacas colapsadas, que “
no explica cómo se llama el incremento de la mortalidad infantil, la falta de viviendas para miles de cordobeses,
la crisis energética, la desertificación, el desmanejo del agua…
El proceso electoral provincial nos coloca nuevamente ante la posibilidad de asumir decisiones, y en ese marco
entendemos que es hora de abrir la puerta a una nueva opción. El Frente Cívico y Social, que impulsa la
candidatura de Luis Juez propone la única chance de cambio posible en el futuro inmediato de los cordobeses.
Decimos “chance” y no certezas, porque en verdad solamente andando se verá cómo funciona el juecismo. Podrá
terminar siendo más de lo mismo ganado por los sectores más conservadores que lo habitan, o podrá erigirse en
un espacio en el que nuevas ideas, nuevas propuestas y nuevos compromisos se materialicen. Apostamos a esta
última opción, pero no como apuesta marcada por el azar más puro sino como propuesta de participar
activamente para el cambio. Sus coincidencias no del todo precisadas con el espacio de Proyecto Sur o el Frente
Progresista a nivel nacional no son garantías ni de gestión ni ideológicas, pero marcan algunas premisas, algunos
lineamientos centrales de los que sus contrincantes directos ciertamente carecen o que directamente repudian.
Paralelamente, el radicalismo y Unión por Córdoba, con las candidaturas de De la Sota y Aguad, sí ofrecen
garantías. Garantizan más y peor de lo mismo, aunque las sonrientes actuaciones radiales y televisivas intenten
ablandar los recuerdos.
Las opciones están planteadas. Ya tuvimos los Cecor, los Lecor, los negocios inmobiliarios, las mega obras
urbanas, el cierre de las escuelas técnicas y del Banco Social, la privatización del agua, los bosques convertidos
en leña y cenizas, la Justicia abandonada, la salud postergada; ya convirtieron grandes escuelas en redituables
shoppings y concesionaron las rutas para tener caminos caros y peores que en cualquier otra provincia; ya
adornaron el Suquía y le hicieron puentes para el negocio de las constructoras; ya escondieron a los pobres en
ciudades-barrios donde se fumiga la soja y le mintieron a los beneficiarios del plan hogar clase media; ya nos
quedamos sin luz en el verano y en el invierno; ya tiramos todas las monedas en los slots y en el Quini. Ahora
invirtamos en futuro y busquemos un cambio, que solamente será posible apropiándonos de los espacios y
exigiendo rendición de cuentas al finalizar cada jornada.
Para que algo cambie, no votemos siempre lo mismo.

Núcleo Castelli
vientosur@nuclecastelli.com
Núcleo Castelli
Obras y azares

No hay comentarios:

Publicar un comentario